viernes, 31 de enero de 2014

El delincuente ( Poesía )

Es él frente al mundo, 
así de pequeño es un delito, 
y sin embargo, 
es la pobre oportunidad, 
de un hombre 
sin mayores ideas, 
abreviado por la tenacidad de sus actos temerarios, 
a un solo destino, 
Su mundo, 
 una vida es un mundo para alguien, 
Pasa por el ojo de una aguja 
hacia la desgracia, 
ahora, 
o antes. 
Pero nunca le ganara al infinito, 
No puede en un dado salir siempre el mismo número, 
tampoco puede detenerse quien no ha perdido, 
es una sola vez. 
Y una vida equivocada deshecha. 
Sera perdonado o no.... 
en los distintos mundos, 
de las morales mezcladas. 
Y dios no sabra que decir con su creación. 
le dio una madre, 
un lugar.... un nombre, 
pero... 

Novela: Los culpables. pequeño párrafo del inicio.


El nuevo psiquiatra que visito, me advirtió que me faltaba amor. ¡Y qué, acaso a él no le falta! Hablaba de querer el bien del otro, alguien que me cuide…frunciendo mi nariz pensaba que a eso le llamo cariño… intuyo que por su mueca resignada  sufrirá del  mismo agujero gris, agregado de  las cargas de otro ser que lo empujara a una intimidad claustrofóbica, pero al hablarme parece conformarse….  De todas formas lo seguiré viendo… no es tan malo como persona. Observó desde mi ventana, y de todo lo que veo en las almas escuetas de  los que apurados circulan hacia sus refugios, sus hogares promedios, solo dos me llaman la atención, se trata de una pareja de jóvenes que se van llevando como un engranaje, entonces  inoculo una ligera tristeza por reconocer aquella posibilidad,  una verdad que recorre tangencialmente la  envidia… ella, pequeña y dócilmente femenina, es de las que pueden ser subjetivamente hermosas: la manera de caminar, cierta sumisión actuada, repentinamente un berrinche y de nuevo el acuerdo con un muchacho que la lleva como puede… creo que tiene la suerte que ella está enamorada… sino, de acuerdo a su inexperiencia, la pasaría bastante mal. Estoy hablando del amor… operar me causa una gran adrenalina y aun cuando no salvo una vida me siento intenso e importante, debe ser porque perder contra dios, luchar en  el cuerpo de otro, empujar un destino, son instancias tan grandes que estar frente a ellas ya me elevan mi ego o mi moral, pero al salir de la clínica, a la arboleda, a la proliferación del oxígeno, y por enterarme una vez más de las otras opciones, configuro agriamente eso que denomino vacío. Esa sensación de una  nada deslizándose por mi vida, de acuerdo a su contrastante con eso  inalcanzable, me hace aun más arrogante, aseverando que  merezco de los placeres sensuales mucho más que otros, la intensidad de la figura que es el amor… lo demás, el  cariño y sus abreviadas proezas, sus inmensos sacrificios…la inalterabilidad de toda esa farsa… ¡no…! no es una farsa, es una realidad opaca, posible… No puedo ser comprensivo… detesto a los que se prestan a ese juego de imitaciones… Ah, prefiero de una buena vez,  confesar que no creo que sea un buen hombre, tampoco creo que los demás lo crean, a no ser que necesiten  confiarse a mí…. Ser exigente no te hace malicioso, ni cruel, pero puede desprender la nobleza que es lo único que identifica realmente a un ser humano como buena persona, y no solo su habilidad para no cometer de errores. El hermoso contorno de un alma, de crearse, no se logra sobre la contabilización de fallas, de pocos errores, donde aliviados se encuentra  el escondite prudente y calmo de una moral a la que se persignan, asustados, luego acostumbrados, sin emociones que le den al acto, generoso, benigno: su esencia… y su beneficio.  

La hermosura y el silencio. ( Poesía )


Fui busqueda y fui enojo,
fui dolor y consuelo,
pero he resucitado
en el medio  de los otros y sus indiferencias.
En la oscuridad,
el espacio se llenaba:
de sabidurias,
del mundo hermoso de la infancia, 
de recuerdos esenciales...
y las sombras se callaron,
allí en el medio de todo, 
las voces fueron silencio,
y en esa calma todo se suspendio en el aire,
y el silencio me hablaba sin decir,
dejando todo quieto alrededor de mis ojos cerrados, 
y deje que las cosas sean, 
en su quietud y en su movimiento,
hasta que yo mismo fui silencio...

martes, 28 de enero de 2014

Fragamento de la novela " Cárcel"


Al salir para encontrarse con su prima Evangelina descubrió que su vecina lo observaba desde su ventana, y en el medio de ese atardecer en que las nubes parecían caerse por el peso de su negrura, no conseguía desprenderse de su nostalgia  a pesar de ver en aquel rostro una armonía que parecía entrar poco a poco en él. Esa mujer lo conocía hace mucho, desde que todavía no era mujer. Como  las noticias graves se esparcen fácilmente era seguro que ella sabía su historia y por esa mirada relajada y precisa, casi sin timidez, se sintió aceptado tal como lo era por su prima. Al ser una mujer quien lo observaba creyó que todavía el mundo le reservaba un lugar…, aunque también le causaba vergüenza y bajo su mirada como si toda situación nueva pudiese delatarlo de eso que le había pasado y también lo definía. Siempre le quedaría la duda sobre quien era él. Es imposible separarse de los hechos.
Tras caminar dos cuadras escuchó que lo insultaban y se volvió para escudriñar el escenario hostil, presintió que eran cien ojos que lo observarían mal y no solo dos como los de un hombre que se le impuso desafiante en el límite de su valentía. Porque instantáneamente efectuó dos pasos hacia atrás. Era un hombre extremadamente pequeño que daba la idea de ser la primera vez que se decía por un acto temerario. Al ver en ese rostro desconocido dos ojos que se contraían de miedo, entendió aliviado que ese hombre se encontraría quizás peor que él, y ni le dieron ganas de enfrentarlo.