miércoles, 28 de mayo de 2014

Breve comentario sobre los suicidas.


La peor muerte es la del suicida. Ella es un ataque a la vida: Pero aclarado esto me atrevo a lo siguiente: Hay personas a las que les cuesta mucho vivir. Y a ellos debemos ayudarlos más que a nadie, sin filosofias, ni recetas, y sí con el amor que requiere acariciar una mente extraña, para nuestra exigua comprención. Pero, aun así, en caso de no llegar a tiempo... y que la tragedía sea en su brutal magnitud. Estoy seguro de algo: Dios lo recibira como a cualquiera de nosotros, o puede que hasta mejor, porque un hombre en esa conyuntura lo necesita mucho. Es quien no lo encontró en la tierra. Es un hombre que murió solo. Y alllí, reposando su alma con el Creador esperara la llegada de aquellos que lo amaron, para emprender en esa flotación... una vida posible e infinita. Y será de nuevo.