Puede ser la tragedia,
el lado del azar,
que no pertenece a Dios,
o puede ser que nos toque,
aceptar,
la muerte de un niño,
la desaparición de un hombre,
la cruel indignidad en una mujer,
y sin entender,
aceptar que él también es eso,
y amarlo...
aunque en el suave despertar del sueño,
entre los roces del amor,
en la infinitud de los alumbramientos,
y tambien dentro de la suave memoria de la pasión,
y la calma,
frente a la sonrisa de nuestros muertos,
es más natural reconocerlo,
eso nos recuerda a Dios siempre,
Porque El es eso...
Aunque,
hoy habra infinidad de tragedias,
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