jueves, 5 de diciembre de 2013

Novelas Los culpables: Ligero fragmento. define la vision de una mujer amada y dormida.


Puede que el sol que abriendo el día, creando en el verano la cordialidad de las mañanas, sencillas de empezar, me  inducía a que observe meticulosamente el rostro dormido de Ingrid acomodando la sábana que cubría la mitad de su cuerpo encogido, para crear así, distintas imágenes de lo mismo. Ligeras modificaciones en una mujer amada multiplican las facetas del amor. En mi interior, dispongo de la imagen de su rostro infinidad de veces y son distintas unas de otras, son  gestos de Ingrid que abren mi amor o a veces refuerzan morbosamente mi obsesión, porque no es del todo bueno contar con tantas maneras de pensar en alguien. En cambio, las imágenes de otras personas que no son más que afines  se definen  como conceptos hasta que se diluyen y dejan de ser. Salvo el rostro de la tía, de quien recuerdo olores que acompañan la sonrisa que procedía a cualquiera de mis felicidades y luego la acompañaban con un leve fruncido de los labios emocionados, cuando caminaba con su tan querible rodete. Besé a Ingrid suavemente en la frente y sentí un desprendimiento triste cuando salí de casa para ir a visitar a Paulo y su esposa, que habían regresado de su viaje. 

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