Una dama
especial,
calculada…
oscura pero
plácida
a la que siempre veía pasar mientras crecía,
entraba luego
a una iglesia,
imaginaba sus
rezos,
sus dolores
pero nunca
detecte el corazón de mi intriga,
¿qué escaleras
subía en el ascenso su alma?
Imaginaba el
eterno rostro barbudo de dios,
y ella se
hacía oscura
entonces… me preguntaba.
¿Qué es una bella
dama subiendo por escaleras invisibles hasta dios?
y fantaseé
culpablemente con sus pecados…
para luego
respetar esa intriga,
cada vez más
triste,
y no me animé
a acercarme cuando lloraba en el torcido banco de la plaza,
yo era tan
joven y todo me era tan lejano,
inaccesible,
y ella era
magnifica,
seguía siempre
siendo la dama,
era la mujer
sin cuerpo,
todas la
mujeres que me amaron,
mis distintas
madres, mis abuelas,
los juguetones
retos de mis hermanas,
en ella, la
mujer que sube por escaleras transparentes,
adquirían la forma de la leyenda
y el amor
mudo.
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